Llega el final del año escolar, han sido varios meses de esfuerzo y dedicación para aprobar todos los cursos y asignaturas y como es normal, el cuerpo y la mente necesitan un descanso. Pasa igual con nuestros hijos, por ello los campamentos de verano son de las mejores opciones a evaluar para enviarles.

Normalmente nuestros pequeños están acostumbrados al cobijo, que como guías principales les damos en casa, y hasta nosotros mismos decidimos ser permisivos en algunos casos con tal de mantenerles bien y sin contratiempos. He descubierto que pasar un tiempo separados fortalece esa relación maravillosa entre padres e hijos y desarrolla importantes aptitudes en ellos.

La razón es sencilla, es un experimento típico de abandono temporal de la zona de confort, y aunque pareciera un poco temprano para los infantes, los resultados pueden ser sencillamente extraordinarios, pues les da la oportunidad de poner en práctica los atributos más resaltantes de sus personalidades, al tiempo que incorporan nuevas maneras de ver el mundo y analizarlo.

Los primero tiene que ver con el contacto con otros niños diferentes a sus entorno habitual, estarán en constante intercambio de realidades producto de sus crianzas, todo esto íntimamente acompañado por expertos en cuidado y aprendizaje de niños entre las edades que se trate.

Respecto a los conocimientos que recibirán, hay todo un universo de cosas que forjarán algunos de los rasgos ya reforzados en casa, como es el caso de la responsabilidad y la solidaridad. Probablemente, tendrán otras nuevas experiencias como el trabajo en equipo, la sana competencia y la complementariedad con los otros.

Algunos padres que han enviado a sus niños de campamento aseguran haber recibido personitas maduras y concientes de su entorno, estos son los resultados irrefutables de aquel aprendizaje que es llevado más allá de la teoría e incluso más allá de la simple práctica, se ha elaborado todo un plan de actividades para transmitir contenidos de forma divertida y didáctica.

Es así como el verano puede vivirse de una forma totalmente diferente, muchas veces como padres no tenemos la oportunidad de salir de viaje en el período de vacaciones escolares, pero alternativas como las descritas pueden funcionarnos, así como a nuestros hijos.

 

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